Se forman estrellas nuevas cuando el material gaseoso de las nebulosas interestelares se concentra bajo el tirón de su propia atracción gravitatoria. El proceso de formación estelar implica un conjunto completo de fenómenos violentos, específicos, que suelen desarrollarse ocultos tras el material nebular absorbente. Pero las técnicas modernas de observación con luz infrarroja logran penetrar en esas regiones turbulentas y oscuras donde nacen estrellas jóvenes. Así se hace posible estudiar algunos de los procesos energéticos y violentos involucrados en la formación de estrellas.
La producción de chorros bipolares violentos es una de las manifestaciones más espectaculares de la formación de estrellas nuevas. Se cree que estos chorros se forman en la región donde la estrella nueva interacciona con el disco de material que la circunda, una zona donde se desarrollan procesos especialmente energéticos debido a la coincidencia de fenómenos de acreción y rotación en el seno de campos magnéticos muy intensos. Estos chorros protoestelares son muy supersónicos e impulsan enormes ondas de choque en el material interestelar por el que se propagan. Las ondas de choque comprimen y calientan el gas, lo que hace que las abundantes moléculas de hidrógeno emitan luz infrarroja.
La imagen que presentamos muestra un impresionante cúmulo de chorros procedentes de estrellas jóvenes sumidas en un filamento nebular oscuro en la constelación del Cisne. Esta estructura se descubrió hace poco con el telescopio Zeiss de 3.5 m del Observatorio de Calar Alto. Esta multitud de chorros protoestelares, observados gracias a la radiación que emite el hidrógeno sometido a choque (que se representa aquí en color verde), son expulsados por estrellas extremadamente jóvenes (que aparecen en rojo) en el interior de una nube molecular oscura filamentosa. Se trata de una demostración bella de cómo un grupo de estrellas jóvenes, formadas al mismo tiempo, produce todo un conjunto de chorros bipolares.
La imagen es una composición de tres colores en la que se combina radiación en la banda K (azul) y en la banda estrecha H2 (verde), ambas tomadas en el Observatorio de Calar Alto, y una imagen en 8 micras (rojo) tomada con el telescopio espacial Spitzer . Las observaciones en Calar Alto fueron efectuadas por R. Bachiller (OAN, Madrid), N. Kumar, J. Grave, y G. Texeira (CAUP, Oporto) en julio de 2011. Utilizaron para ello el telescopio Zeiss de 3.5 m equipado con la cámara de gran sensibilidad en el infrarrojo cercano Omega 2000.
Imágenes en alta resolución:
Cúmulo de chorros protoestelares en el Cisne. Composición de tres colores con datos del Observatorio de Calar Alto (más de diez horas de tiempo de integración) y del telescopio espacial Spitzer . R. Bachiller, N. Kumar, J. Grave, y G. Texeira. OAN/CAUP. JPEG (1.00 MB), TIFF (2.51 MB).
© Observatorio de Calar Alto, enero 2012