El cúmulo estelar abierto M45 se conoce popularmente como "Las Siete Cabrillas", pero también con el nombre mitológico de las Pléyades, las hijas de Pléyone y Atlas. Sin embargo, es bien sabido que este grupo de estrellas jóvenes y cercanas se compone no de siete estrellas, sino de casi un millar. Un estudio reciente de este cúmulo ha revelado los miembros más débiles y fríos conocidos hasta ahora: son las hermanas menores de las Pléyades, un grupo de los objetos de baja masa conocidos como enanas marrones.
Las estrellas normales, como el Sol, brillan porque poseen masa suficiente como para inducir en sus centros las presiones y temperaturas necesarias para desencadenar las reacciones termonucleares que liberan esa energía que nos alcanza en forma de luz y calor. Las mayores estrellas pueden llegar a tener masas superiores a cien veces la del Sol, mientras que las más ligeras rondan la décima parte de la masa solar. Los objetos aún más ligeros no son capaces de calentar y comprimir sus interiores lo bastante como para iniciar este tipo de reacciones nucleares. Son "estrellas fallidas" y conforman la clase de objetos subestelares conocidos como enanas marrones. La poca radiación que emiten procede no de la fusión nuclear, sino de su contracción gravitatoria.
Las primeras enanas marrones libres las descubrió un equipo dirigido por el astrónomo español Rafael Rebolo en 1995, y se hallaron precisamente entre los miembros de las Pléyades en una investigación que también se basó en parte en observaciones obtenidas en Calar Alto. El equipo de Rebolo ha cosechado desde entonces un gran éxito en el descubrimiento e investigación de la naturaleza de enanas marrones, y ahora anuncia el hallazgo de los miembros más débiles y fríos de este cúmulo. En un estudio reciente (Bihain et al. 2006) publican el descubrimiento de al menos seis enanas marrones de masas muy reducidas, tan pequeñas como 25 veces la masa del planeta Júpiter.
Las estrellas de las Pléyades suelen emplearse como referencia para comprobar teorías de evolución estelar. Del mismo modo, y en palabras de Gabriel Bihain, primer autor de este estudio, "estos objetos subestelares servirán como referencia para las teorías" de formación y evolución de enanas marrones. De hecho, añade Bihain, "nuestro estudio indica una discrepancia entre las predicciones teóricas y las propiedades fotométricas observadas".
Esta investigación no se detendrá aquí. Tal y como dice Bihain, "necesitamos un análisis completo del movimiento de los miembros de las Pléyades, que cubra el rango completo de masas desde las estrellas hasta los objetos subestelares". También remarca que "la existencia de enanas marrones de tan baja masa apunta a la posible presencia de objetos libres con masa planetaria. Tales cuerpos podrían detectarse y estudiarse con los telescopios disponibles hoy en día".
Este descubrimiento se basó en observaciones obtenidas en el Observatorio de Calar Alto, con los instrumentos Omega-Prime y Omega-2000, acoplados al telescopio de 3.5 m. El estudio, que también recurre a datos procedentes de otros observatorios, es obra de un equipo que cuenta con científicos de los centros españoles Instituto de Astrofísica de Canarias, Proyecto GTC y Consejo Superior de Investigaciones Científicas, así como del centro alemán Max-Planck-Institut für Astronomie .
El cúmulo abierto M45, las Pléyades, es un grupo de estrellas jóvenes en la constelación de Tauro, a una distancia de 437 años-luz (134 pársecs) y que cuenta con una edad de alrededor de 120 millones de años. En términos astronómicos se trata de un grupo muy joven, si se tiene en cuenta que el Sol, una estrella de edad mediana, es más de 40 veces más viejo. Los miembros más brillantes de las Pléyades se perciben con facilidad a simple vista en las noches de invierno desde el hemisferio norte terrestre.
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Más información: nota de prensa del IAC
© Observatorio de Calar Alto, noviembre 2006